Me perdería conocerte,
me siento amoldado a tus cejas,
acaricio tu espacio ocupado,
permito que desvíes la mirada,
como quien no quiere nada.
Me he vuelto a engañar,
he venido a verte,
como sí te fijaras en mí,
“no es cierto, vine por el café”,
te dije (pero miento).
No sé porque lo hago,
te admiro,
te escribo sin que me veas,
a ocultas,
como rabo de perro arrepentido.
¿Me amarás?
¡Qué locura!
En tus sueños me disuelvo,
soy etéreo y pregono por un beso,
sólo un beso.
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