Por la mañana,
te escribiría en cada gota de lluvia,
y en cada una, habría una copla.
A la tarde,
te respiraría en el crepúsculo,
llenaría mis fosas de tu vida.
En la noche,
te extrañaría en mi regazo,
y esperaría a la mañana,
para escribirte de nuevo.
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