tangibles como la piel de durazno,
trato de contemplarte a la vez que tu mirada me invade
y tu sonrisa no deja de amarme.
Te inspiro en cada luz de vela que aterciopela tus encantos,
me colman las ansias por tan sólo cuajarte en un verso,
pero me complica saber que eres como el universo en ellos,
infinito en mi pecho que irradia sentimientos inimaginables.
A los corazones ofrecidos les queda esperar respuestas,
a mi corazón en tus manos le sobran motivos para suspirarte,
perpetuos como el brillo de la luna y la cálida tarde de verano,
los besos en mi cuello y las cenizas al viento.
Me recuerdas a la vida, a la nostalgia, a la verdadera palabra amor,
me enseñas miles de veces a entregarme plenamente.
Quisiera poder plasmarte y hacerte canción,
lo intento adrede, me esfuerzo,
al darme cuenta y sin atrevimiento,
me doy cuenta que ya eres mi todo,
todo lo que se pudo haber inspirado por un amor.
Enero 2012.
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