domingo, 3 de noviembre de 2013

Selva

En qué momento
se quedaron las palabras
pegadas al cielo
donde se mezclaron
con montañas
de nubes ascendentes.
Los coloridos melodramas
se combinaron al crepúsculo,
al suelo rojizo,
que terminó por derrochar
las lágrimas que perdiste
del alma.

La extraña sensación,
la falacia
de no volver a ver
tus labios,
ni tus dientes separados
con la noche que se camufla
de una soledad extrañada,
a veces
de un cálido viento,
y casi nunca
de insectos absortos
de tu luz,
de los restos de tu memoria,
en mi memoria,
lejana a mi caudal,
me llevo la acuarela
de tu sollozo.

Me hago pequeño
los días que te viví,
así como en la última noche,
en el beso pendiente
que te di,
en el puente
entre tu agonía
y mi confusión.

Tengo tus verdes,
en las pupilas,
en mis letras,
quiero tu mal comportamiento,
tu locura,
desfachatez,
incoherencia,
tu sensualidad,
para respirarla
hondo,
contagiarme de ti,
llevarte en mis fotos,
para tenerte aún.

No te olvido,
estás latente,
viva,
sonriente,
me esquivas,
a veces te sueño,
en pasado
o en presente,
y te guardo,
como pecado mental,
con las ganas
de tu aroma
a selva.

viernes, 18 de octubre de 2013

Capítulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar. 
Rayuela.

miércoles, 31 de julio de 2013

Te extraño

Te extraño
simplemente por aquello que no somos,
porque ni conmigo ni sin mi
te tengo
porque sos libre
te quiero.
Asi habitas el deseo
donde tejo la ilusion
de que no te vayas
de que te quedes un tiempo.
De que solo estamos hechos
de efimeros momentos
compartidos retasos
que solo sostengo
solo para verte de nuevo.
Porque ni conmigo ni sin mi
te tengo
porque sos libre
te quiero.
Encontrando motivos
para que sigas tu viaje
sostengo solo momentos
para verte de nuevo.

Mario Benedetti.

Espero curarme de tí

Espero curarme de ti en unos días.

Debo dejar de fumarte,
de beberte,
de pensarte.
Es posible.

Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo,
abstinencia,
soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho,
ni es poco,
es bastante.

En una semana se puede reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra
y se les puede prender fuego.

Te voy a calentar
con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor
están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también
ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama.

Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo:
“que calor hace”,
“dame agua”,
“¿sabes manejar?”,
“se te hizo de noche...”

Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías,
te he dicho “ya es tarde”,
y tú sabías que decía
“te quiero”.

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo.
Para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo,
acariciarlo,
tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto.

Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido
a estar saliendo de un manicomio
para entrar a un panteón.



Jaime Sabines.

Genoveva

Y si te digo que llegas tarde, 
no es para alistar maletas 
con paradigmas 
o conversaciones bizantinas.

Todo lo contrario,
es para llenarlo de una noche
llena de pedazos oníricos, 
aromáticos, sempiternos,
de kamizes mentales
empapados de tu partida.

Nunca será tarde 
si la noche es indeleble
en trazos estrellados
de esos tus sacros labios.

En algún momento perdido,
te beberé de un trago,
no te veré, 
pero estarás dentro mío.

No vuelvas Genoveva,
con tus lágrimas secas de cardos,
hazte mi cielo,
y quédate en mi poema.

Entonces nos callaremos, 
cuando la inmensidad de la noche 
acabe
y el cielo vanila asome,
nuestros cuerpos serán dos 
de nuevo.

El adiós inminente,
el nefasto vacío,
el espacio en mi pieza,
tu mirada en el recuerdo, 
el barro en mis ojos
y palabras que dicen 
“ya es tarde”. 

jueves, 4 de julio de 2013

Píntame

Píntame un sueño,
un sueño imperfecto
con nubes de elefantes
y países celestes,
donde las mujeres iluminan todo,
como amaneceres.
Un sueño donde las letras
vuelen con los sonidos del viento
y sean encontradas por oídos,
aquellos que dibujan voraces ilusiones.

Roba los colores de mi vida.
De los más oscuros,
toma mi odio por lo marchito.
De los cálidos,
toma el de mi abrazo que espera en otoño.
De los más fríos,
puedes tomar aquel que representa
el beso que nunca di antes de morir.
El color más lindo,
ponlo con tu sonrisa,
¡Esa sonrisa!

Usa mi piel como lienzo,
lo permito.
En ella, hay un mapa,
te lleva a cuentos apócrifos
de tierras transparentes,
y olvidadas;
escritas por trovadores,
y habitadas por el sol,
donde el silencio es necesario
para escuchar los deseos del vientre.

Pinta en mi sueño,
las comisuras de tus labios,
esos labios soberbios,
ponle el color carmín del atardecer,
encarna las brazas de tu fuego,
adórnalo con mordidas,
enmárcalo y guárdalo
en la eternidad de las horas.
Ponle comillas,
para besarlos en verso.

Píntame un sueño
y nunca lo despiertes.

miércoles, 12 de junio de 2013

Atardeces

Entre las nubes tostadas y doradas se mezclan pensamientos con colores. 
Van desde los claros que buscan sonrisas y se confunden con el cielo. Pasando por los intermedios, a veces verdosos, a veces topacios, a veces viciosos. 
Terminan en los oscuros que conjugan lágrimas pérdidas con sonidos del viento por la tarde. 
De esa forma los pensamientos pasan por un sinfín de matices que los convierten en seres mágicos que se apoderan de nuestra mente. 

Así te siento atardecer, hoy que te llevas a mis seres mágicos.

viernes, 24 de mayo de 2013

Lectora Anónima

Y¿En qué te has convertido?
¿Eres acaso una lectora anónima?
Me lees, me ignoras por las rayas en tu mente.
No te compliques por las tildes, ni por los adverbios.
Saber que me lees me hace temblar.

¿Qué hace tu ausencia con mi recuerdo?
Traza permanentes desgarros sobre mis palabras,
me perturba al fondo de la cálida mañana,
caza mis últimas alucinaciones con leones,
me hace escribir tempestades en el papel oxidado.

Te has convertido en el humo que sale por la ventana,
en el sueño que me despierta a media noche,
en la mirada perdida mientras subo las gradas hacia ese poste.
Me pierdo cada vez más lejos, más frío y más grave,
las aves ya no vuelan sobre tu trazo, el trazo de tu mano.

Conviértete más bien, en un nudo deshecho,
en un copo de nieve sobre el antiguo baile,
viaja libre, a las alturas, como hace años,
brilla debajo de la puerta cerrada,
no te quedes callada y dime algo, que siento que quieres leer alto.




Para las personas que temen decir algo esencial...

jueves, 16 de mayo de 2013

Café olvidado

Desearía ser un misterio en tu vida, un Mail no contestado, una llamada perdida, una solicitud de amistad no aceptada. Quisiera que no puedas encontrarme al final de la calle, ser aquel vecino que no sabes que existe, el perro que no muerde, la lluvia que amenaza y no cae. Quisiera que sólo me encuentres en recuerdos, en la foto dentro del baúl, en la canción aleatoria de tu iPod, y en el pollo a la brasa de la esquina. Quisiera desenfocarme en tus gafas nuevas, en mi cama destendida, en el café frío olvidado en la mesa, en la calle de tu trabajo por la que no paso. Quisiera tantas cosas y pienso que a veces es en vano.

jueves, 28 de febrero de 2013

Causas marchitas

Quiero que las causas marchitas que se desprenden de tus manos, rocíen mis angustias que fueron provocadas por las infamias del tiempo.
A las luces del temor me he levantado, para acariciar tus lágrimas y hacerlas hojas de otoño crujientes sobre la acera.
Me encuentro incógnito al no saber de tu partida, ni tu destino. Imagino que navegas entre los soles del febrero que hoy muere.
Sucumbiré a los acordes de la guitarra que duerme entre mis brazos, que fueron tuyos. Has dejado un cielo por las notas que se entonaron.
Así te dejo malvado sentimiento, para que las palabras de alguien más te encuentren y te olviden cuando corresponda.
Adiós, adiós, desde el fondo de la calle donde ya no huele a luz de día. El pernocte llega y tu olvido me ciega de todos modos.


jueves, 14 de febrero de 2013

Media naranja

No quiero que seas mi media naranja, quiero que seas del mismo árbol que yo. Quiero que nos alimente la misma raíz, que el mismo viento nos menee y que las mismas aves picoteen y defequen en nuestras ramas.

Al ser del mismo árbol, tu sangre será mía y mi zumo será mío también. A cambio, te doy mi sombra que ya es tuya, y el dulce de mi carne será gracias a ti.

Ya maduro es tiempo de caer, fuiste el mejor presente de mis planes futuros y ahora voy a caer. Sigue, naranja, en nuestro árbol y luego... déjate comer.

Fotografía tomada del internet.

martes, 15 de enero de 2013

Carta de la arena, para el mar.


Cómo es que hemos estado siempre tan cercanos,
hechos del mismo polvo,
de las mismas pisadas,
del mismo atardecer que nos dio luz.

Te tuve tan cerca siempre, a sólo un respiro,
te pensé en azul,
te soñé día a día, perdurable en mi pernocte,
aguardé tu toque mágico sobre mí.

El silencio nos encuentra en el bullicio,
el viento te mece hacia mis límites,
las nubes se regocijan al vernos adyacentes,
al fin te tengo, al fin me tienes.

Coincidimos en esta playa para ver a los transeúntes,
para amar los inviernos y esperar los veranos,
para sentir el vuelo de las gaviotas,
para unirnos en cada vaivén de tus aguas.

Nunca tendré a alguien como tú,
con tu locura de luna,
con tus deseos imparables de rebeldía,
con tu forma de empapar mis orillas con tus besos de sal.

Te besaré perdidamente en cada ola,
por mis huellas pasará tu fresca brisa,
estaré a tu lado desde el norte hasta el lejano sol,
nacimos el mismo día, lo sé.

Te escribo al crespúsculo,
te extrañaré como lo hacen los hombres,
te rozaré con las estrellas,
y te tendré a mi lado, por siempre.